15/1/09

Hablan los viejos de una rosa


Los paseos nocturnos, el sendero de luna llena, mi laguna negra.
Las nieves que dejan a la vista la desnudez de sus yemas, el bosque silencioso
donde ya no existe el crepitar de las hojas.
La tierra está henchida, preparada para abrirse paso, envolviendo mis pies… sigo caminando
y un claro,
nuestro claro
… la daga y la rosa mirándose a los ojos,
me acerco,
estoy descalza y vuelvo allí… a los restos de nuestra hoguera,
la agitación en mi vientre de la semilla que pervive en mi.

La imagen de dos almas entrelazadas, lo indecible,
sudorosos, poderosos, siendo uno… el éxtasis del anochecer áulico que renace
al reconocerme surge como estela atrapada en las profundidades, blanquecina, gira… gira,
me envuelve, gira… gira y atraviesa mi pecho devolviéndome al suelo
donde alcanzo a estirar mi brazo,
la miro,
la tierra prisionera en mi mano derecha, rojiza, caliente.
Estas aquí, siempre estas aquí.

Eres… de tu rosa.

4 comentarios:

efe dijo...

habladurias hermosas y sobre todo cuanda se tratan de raices, tierra o amores.
Un besazo Princesa
efe

Conde de Galzerán dijo...

Radiante rosa. Dulce. Hermosa. Con sus espinos. El dócil dolor de acercarse a ella. Los ancianos atisban mansos. Y sueñan con el tañer del látigo y la belleza inalcanzable.

Espléndido, Liska. Besos.

M.M.S dijo...

Pero siempre existira la mirada de la daga y la rosa, no habrá una sin la otra, porque no existe una sin la otra. La belleza se alcanza cuando abrigas en tu vientre semillas de amor que germinan en rosas. Esas, son las más puras.
Mi amor eterno.

Liška dijo...

jajaja... hermosas, hermosas habladurías sí, efe... ;-)
Otro besazo para ti y tu Dueña, se os extraña.


Sonrío Conde... qué más se puede decir?... Un beso y un guiño. :))


Lo tomo, lo cojo, lo mimo en el mismo vientre... no puede ser menos mi bella Luna.