Se encapricha de mis curvas,
grita, azota,
agita mi melena sostenida por su polla
cargada de odio
y embiste con fuerza sobre la cruz.
Tejen una y otra vez,
el beso de la araña negra… que en un tiempo curó.
La roca me habla del viento
y mis piernas se mofan de mi,
me cuentan de las colas serpentinas
que ajenas a su propia alma… van
clavando alfileres sobre el reloj… tic tac… tic
2 comentarios:
pufff, sin palabras :)
;-)... Muaaaaaaaaackis!!
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