¿Qué me diste a beber de tus dedos?
Te di un sueño, te di una realidad… te di algo que me pertenece, tu placer
…
…. Es grande, cierto estilo colonial, cierto estilo principesco, es el fuego en las noches de frío, es el hielo a la locura del desierto… cierto estilo embarrado en un zapato de cristal.
Las paredes son de grandes ventanales, siempre abiertos… al día, a la noche.
La cocina es el centro de una estancia, blanca, allí sobre una barra de piedra se reposan mil sabores… que se extienden en un brazo y una mano entregada hasta el centro del salón, tras ella los jardines y a la izquierda una escalera con alma de árboles torneados por el tiempo… se escuchan los cantos, los gritos del viento que llaman a su interior… en la habitación, una cama amplia donde las gasas, las sedas, se mecen acariciando las pieles desnudas, entregadas a los perfumes que se destilan en la balconada… y alguien dice
¿Qué quieres?
4 comentarios:
Ante semejante arquitectura y a la pregunta en cuestión YO responderia TODO.
Pues no existe un diseño perfecto, si no se crea esa conjunción armónica....
Quizá importe más el decorador que el decorado.
Un beso
efe
Me ha gustado todo el texto pero sobre todo celebro el título. Saludos!
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