-Te sirvo?
-Adelante… por favor
Brillos electrificantes. Látex de seda,
polvos de estrellas, nubes de placer.
Extiende su mano, tan cálida… las palabras no dejan de salir de esa pequeña copa, una copa de piel; fina y suave, frágil y sensual, robusta y varonil…
Sólo pienso en una cosa,
mientras la miro,
con toda la delicadeza que me permite ser humana,
con toda la grandiosidad del que besa el alma,
de a quien ha sido entregado el poder del azote a las tempestades,
sólo puedo pensar cómo puede ser tan bella.
y ES… para mí.
1 comentario:
Mmmm... "ninguna mujer... tiene dueño", dijo Eusebio Poncela en "Martín (Hache)", aunque a veces el instinto de posesión es tan dulce...
Un beso
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