Cierra los ojos… no los abras… quiero sorprenderte!!
Yo aguanto, y aguantas… no hace falta subir una cima ni adentrarse en alta mar para saborearlo, son nuestros minutos pinzados, minutos eternos poseídos por el placer de nuestros cuerpos, de dos almas que abrazan libres el cielo ahora y siempre que queramos: de plumas azules, vientres anacarados, siluetas que danzan y exhiben sensuales su raza, su gracia más salvaje, entregada y poderosa, almas que alzan el vuelo, Killers que arrancan sus vestiduras sin remordimiento, vencidos a la pasión de un lado azotado, que empuja, que envuelve, acaricia… que osa poderoso y desmiente sentido y ebrio… abrazados.
Me paro, me siento, regodeo cada instante desde mi lado, y te veo, te veo arrodillado, guiada por mis pasos, por tu voluntad que se abre paso clavando redes que silban nubes con la esencia del cambio, al gusto y sabor de nuestra fragancia…
Y allí tú, tan grandiosa las abres,
te luces en un mar agitado, semilla que florece y hace silbar de cueros la piel… pura y sincera, segura y verdadera, al bautizo en manos de un infierno del viento dulce… de tacto infinitamente floreado.